25 octubre, 2006

350 pistolas

Category: alucinavecina — pepe @ 21:25

Anda el gallinero político soliviantado con el asunto de las 350 pistolas que ha robado ETA en Francia. No pretende este sencillo bloguero hacer un análisis pormenorizado del marco y contexto, las causas y efectos, el significante y significado de tal acción pero si , conducido por la circunspección, me gustaría advertir a mi cálida audiencia de algún detalle sin aparente trascendencia, que nos puede ofrecer mucha luz sobre tan tenebroso episodio.
Para empezar, daré por supuesto que ha sido gente de ETA la que por medios un tanto coercitivos ha sustraído el abundante armamento, aún cuando no está probado completamente este punto.
Partiendo de esta premisa me planteo la primera interrogante ¿para que quiere ETA 350 pistolas?
«Para matar, coño, para matar« me responderá al unísono la embravecida fila demócrata de todos los colores demócratas.
Vale. Para matar. Se supone que las armas son para eso, tanto las de la ETA como las de la policia nacional.
Mas no hace falta ser una catedrático en matemáticas avanzadas ni un gran estratega militar para suponer que 350 pistolas estarían destinadas a 350 soldados, gudaris, etarras o como se les quiera llamar. A no ser que la dotación en los comandos de la ETA sea con un revolver a cada lado, como John Waine en las películas del Oeste, en vez de lo lógico, uno por barba.
Tanto el primer supuesto como el segundo nos haría imaginar que ese hurto armamentístico va destinado a pertrechar a tres centurias largas en el primer caso y a más de centuria y media en el segundo. Y me parecen muchos gudaris en los tiempos que corren. Pongo la mano en el fuego si ETA tiene a 350 hombres y mujeres dispuestos a ir pegando tiros por ahí, tal como está la cosa.
¿A qué se debe un robo de tal proporción? Hay muchas posibilidades que apuntan resultados de índole diferente. Omito hablar de publicidad, golpe efectista y cosas por el estilo que se encuadrarían en el análisis que antes mencioné que iba a evitar. A lo que voy es ¿porque se han llevado 350 revólveres en vez de 10 o 15, cantidad ésta que se correspondería mejor con los efectivos del grupo armado actualmente?. Una respuesta pudiera ser que, una vez puestos en faena sustrajeran todo que les cabía en la furgoneta llevados por un fuerte ansia acaparadora, habitual, por otro lado, en cualquier ser humano.
El burro grande ande o no ande” “Más vale que sobre, que no que falte” “A caballo regalado no le mires el diente” serían algunos de los refranes que con exactitud antropológica nos podrían aproximar a entender esa avaricia desmedida por la pólvora y el metal. Es comprensible que los etarras arramplaran con todo lo que pudieran como los niños no conocen límite al coger chucherías en una tienda sin vigilancia.
Otra opción sería que, como en el cuento de La hormiga y la cigarra, los etarras hubieran actuado como inteligentes y previsoras hormiguitas llevando todas las semillitas que pudieran necesitar para sus futuros inviernos. Pero, aun así, esta teoría se tambalearía, ya que lo justo sería que se hubieran llevado, 10 o 15 pistolas y cuarenta cajas de munición. Más aun cuando se supone que a medio plazo van a abandonar la violencia.
Y aquí es donde me asalta la intriga y la duda. Abolido el servicio militar y por ello la escuela obligatoria del ejército, resulta más difícil e inaccesible aprender el manejo de las armas que antaño, cuando nuestros padres se chupaban tres años en el ejército de leva. Por eso, quizás, los jóvenes que son llamados a las filas de ETA posean un conocimiento muy limitado en el uso de los diversos instrumentos de la muerte disponibles en el mercado, reduciéndose su experiencia militar a apuntar, apretar el gatillo y salir corriendo.
En este caso no sorprendería que las 350 pistolas fueran destinadas para un reducido número de etarras con escasa experiencia, que les darían un uso de “disparar y tirar”. Es decir, finalizado el cargador después de las seis balas, desecharan el arma, la tiraran cívicamente a un contenedor de reciclaje y continuaran la tarea con un revolver distinto. Y así sucesivamente hasta 350. Si bien este método no parece rentable haciendo un estudio superficial con las variables de coste del arma, coste de los cursillos de aprendizaje en profundidad, del almacenaje y los salarios o mantenimiento de los portadores de las mismas, no cabe duda que puede ser viable, teniendo en cuenta que las famosas 350 pistolas les han salido casi por la patilla, descontando el alquiler o robo de la furgoneta de transporte.

Puede ocurrir también que toda España esté pecando de mal pensados y que este aprovisionamiento de arsenal entre dentro de la propia estrategia de desarme de ETA, a la cual pretenda darle la organización todo el glamour y ostentosidad que merece. Detengamonos aqui un momento.
Todos hemos visto las imágenes en la tele de entregas de armas en diferentes conflictos del mundo, en los que haciendo una cola los futuros desarmados, van pasando mal afeitados, dejando fusiles y metralletas, subfusiles y bazokas, pistolas y granadas de mano, apilados de manera anárquica y basta en montones de chatarra metálica.
Sobrestimamos a ETA haciendo una gala de estas características, pero con la ayuda de 350 revólveres la cosa sería mucho más vistosa y espectacular. Esto según los más prestigiosos analistas estaría en consonancia con la línea estética de raso brillantoso que usó ETA para anunciar el último alto al fuego.
Incluso los dichosos 350 pistolones pueden servir como presente, a modo de regalo de empresa, recuerdo o souvenir, que, envueltos individualmente en una elegante cajita de madera forrada por dentro con terciopelo granate y con una sobria chapa grabada con un sencillo “2007, el año de que dejamos las armas” pudieran entregarse en consistorios e instituciones diversas. (A más de uno se le ocurriría añadir a este emotivo regalo un chip que al abrir la cajita hiciera sonar la banda sonora original de esa preciosa película protagonizada por Rock Hudson, “Adiós a las armas” o incluso una versión más cañera en reggaeton del eusko gudariak fundido en suave cadencia con el himno español o el Macarena de Los del Rio, pero he de decir que esto me parecería pomposo y de nuevo rico, y por tanto no procedería lo más mínimo).

Con todo lo expuesto, terminaré haciéndote reflexionar, amigo lector, amiga lectora, sobre la importancia de los pequeños detalles y la insignificancia de la primera impresión. Pues como dijo el poeta indio Khalil Gibran, o el monje tibetano Lobsang Rampa, o o alguien así por el estilo: “No dejes que los árboles te impidan ver el bosque

1 comentario

  1. Saludos, Pepe… me he re cagado de risa gracias a este análisis con esa chispa de ironía que hace falta para entender un mundo bastante irónico. Y nada, que eso de que la risa abunda en la boca de los tontos lo debe de haber inventado algún amargado hace varios años… lo que es yo, aunque tragicómica esta puta realidad, creo que aún podemos afilar la risa, reinventar el odio, encausar nuestro amor y nuestras luchas.

    Un abrazo desde el otro aldo del charco.
    Poroto,
    Santiago de Chile

    Comment by noesfazil — 24 noviembre, 2006 @ 01:59

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