5 junio, 2005

Curiosidades varias

Category: mirolloeselrock — pepe @ 23:15

Inicio el blog contando un par de anécdotas que nos han ocurrido a Sin Dios en el último mes que realmente dan un poco de vergüenza ajena relatar. La primera ocurrió en un concierto en Valencia en la casa ocupada La Pilona cuando en medio de nuestra actuación, entre una canción y otra un chico desde abajo me llama insistentemente. No tenemos por costumbre parar los conciertos por las ocurrencias del personal, sobre todo cuando la mayoria de las veces es pedirnos dedicatorias, pero me acerqué a ver que decía. Pues, ni más ni menos este individuo me soltó :«¿no crees que este equipo de sonido no es anticapitalista, con esos focos y esa mesa de sonido?» En un instante me quedé de piedra. El equipo que habia alquilado el colectivo organizador era un equipo que estaba bien, pero nada más. Era un equipo suficiente para que en un aforo de unas 600 personas, todos pudieran escuchar a los grupos. La mesa que ésta persona, por ignorancia achacaba al capitalismo vil, no era más que una mesa antigua, que como todo lo antiguo, era muy grande. Actualmente y con el grado de tecnología que hay en el mercado el nivel de una mesa de sonido no se mide en centimetros precisamente, pero esto no lo debia saber el chaval. En el lado de la iluminación no creo que hubiera más de diez focos, es decir que tampoco era el despliegue de Iron Maiden. En definitiva era un equipo minimo para hacer un buen concierto. El colectivo que lo contrató ya tenia experiencia en otros conciertos y sabia que más vale hacer las cosas bien aunque cuesten un poco más, que ahorrar en perejil, como diría mi madre. Lo que ocurría ni más ni menos es que en determinados ambientes se está acostumbrado a que los conciertos sean auténticos cuando suenan mal: Un grupo es más anticapitalista cuando solo le escuchan los hiperconcienciados de la primera fila, un grupo es más anticapitalista cuando se paga el viaje y todos los gastos de su propio bolsillo y si duerme en el suelo, pues una cama es amaneramiento burgues, mejor.
Y así estaba la cosa cuando por primera vez respondí a una persona del público en público y desde el micrófono. No nos gusta entrar en debates o discusiones desde el escenario, porque en ese momento somos nosotros los que tenemos la ventaja del micro de nuestro lado y abusar de ello no nos parece justo. Todo esto lo sopesé en un instante y dije:» si ha interrumpido nuestro concierto para contarnos su paja mental, que se atenga a las consecuencias y sea respondido ipso facto» Así que contar a toda la gente lo que habia dicho esa persona ( en ningún momento ni le señale y ni dije su identidad, más que nada por educación y porque no tengo la más mínima idea de quien era) me puso facilmente a la gente de nuestro lado. A todo el mundo le parece de estúpidos el que vayas a un concierto y tenga que sonar mal por gusto. Pensar eso es insultar a todos los que alli estaban. El concierto se montó para recaudar fondos para la asamblea contra la especulación y se sacó dinero. Para eso se hizo el concierto, para eso fuimos nosotros a tocar. Y la gente que fue volverá a acudir a otra convocatoria porque de esa salieron contentos. Si montas una mierda de concierto no haces más que quemar a la gente. y que no vuelvan más. Si quieres sacar pasta para cualquier lucha no lo vas a conseguir montando tu concierto para los cuatro colegas integristas del antiloquesea. Queda el asombro de hasta donde llega la estupidez humana, pero tambien el consuelo de que cosas así solo se le ocurren a unos muy poquitos.
Siguiendo con el anecdotario de alucines mentales relataré otra frasecita que me dejo helado hace poco. Fue en Madrid, en Alcorcón, en el concierto que hicimos en la casa okupada El Desgüace. El concierto costaba 5 euros y tocabamos nosotros, Puagh de Valladoliz, Oi!Polloi de Escocia y Guerrilla Urbana de Canarias. Además habiamos alquilado un equipo «supercapitalista» que hubiera hecho sentir espasmos al chico de la anécdota anterior. El precio de cinco euros es bastante barato para cuatro bandas carrozonas de las que, además, tres vienen de fuera. No hubo absolutamente ningún problema con gente que se quisiera colar o que quisiera desparramar. La actitud de todo el personal fue ejemplar. Yo estuve un buen rato en la puerta poniendo el sello en la mano de los que iban pasando. En cierto momento vi que Pilar de Potencial Hardcore discutia con unas personas. El motivo de la discusión es que estas personas tenian unas distribuidoras que iban a montar su mesa en el concierto y consideraban que por esta razón no debian pagar la entrada. Pilar les respondía con el claro argumento de que todo el mundo hasta los de la casa okupada habian pagado la entrada. Yo me metí en la discusión bastante acalorado, pues es mi manera de discutir y recibí la frase del millón: » Si tu no pagas la entrada porque tocas ¿porque la tengo que pagar yo si pongo el puesto?» Me quedé mudo. Sin respuesta, Bloqueado. Me dejo sin argumentos, no porque no los tuviera, sino por que en mi vida me podía imaginar que me dijeran eso. Menos mal que en ese momento me llamaba mi compañera al teléfono y este grupito de gente pasó a un segundo término. Resulta que ahora tengo que pagar por tocar. La diferencia que hay entre el grupo que toca y el que pone el tenderete está muy clara. Sin Dios nos aprovechamos del tirón de la música para extender nuestras ideas, pero quien lleva la gente a un concierto no es el de la distribuidora, sino el que toca. Si no es así invito al tipo éste a que la próxima vez ponga en los carteles, en vez de que toca tal o cual banda, que él se va a poner con su mesa. A ver cuanta gente va pagar la entrada. En fin, creo que no hacen falta argumentos de respuesta a esa frasecita. Cuando cualquiera de la calle tiene más sentido común que estos que supuestamente estan concienciados, uno se pregunta ¿¿Porqué??
Y con esto y un bizcocho me retiro a mis aposentos rezando al buen dios de la cordura que se lo curre un poco más que todavia queda trabajo por hacer.