19 abril, 2007

La desobediencia de la Parroquia de San Carlos Borromeo

Category: suciapolitica — pepe @ 12:32

El nuevo Papa Benedicto XVI se ha propuesto cerrar filas en la Iglesia ante cualquier intento de penetración de corrientes heterodoxas. Cerrar las puertas al relativismo y fortalecer la pura doctrina católica. El nuevo orden mundial exige una panreligión universal mezcla de culturas y creencias y la Iglesia Católica no está dispuesta a pasar por ese aro. Los planteamientos que los católicos tienen acerca de la vida y la muerte, el aborto, clonación, eutanasia, planificación familiar o política de población no gusta en absoluto a los mandamases del orden internacional y con la Iglesia topan con un enemigo. El capital no tiene Dios, ni fronteras ni banderas y las personas son únicamente números en tanto productores o consumidores, en tanto esclavos o excedente a eliminar. La Iglesia es el único bastión organizado y fuerte que planta cara a una ideología que, bien vestida de izquierdas o de derechas, tiene como objetivo supremo la perpetuación y globalización del Poder.

Hay quien ve en este nuevo proceso de dogmatización de la Iglesia un acierto. Hay otros cristianos de base que están en desacuerdo, enfrentados. La Iglesia nunca habla claro y con la parroquia de San Carlos de Borromeo ha hecho lo mismo. La decisión de cierre de la parroquia está confusamente argumentada en el comunicado del obispado. Se deja la puerta abierta a interpretaciones. La izquierda ha hecho las suyas propias y se ha volcado a apoyar la resistencia de los curas rojos.

Desde que se dio a conocer el cierre de la parroquia vengo dando vueltas al tema y con muchas contradicciones no acabo de situarme, o mejor dicho me posiciono en un lugar diferente al de la gente que me rodea, de ideas de izquierda o libertarias.

Por un lado los de la parroquia me caen bien. Conozco de ella desde hace más de quince años y aunque nunca me he implicado en nada de lo que han hecho, sí he podido seguir parte de su trabajo, en lo tocante a obra social: movimientos sociales, paro, pobreza, droga.

Por otro lado no comulgo con la Iglesia. Ideológicamente la considero un gran mal de la Humanidad, que no el único. Visceralmente me da grima todo lo que huela a incienso. Que Ratzinger quiera depurar sus jerarquías y comience con la Teología de la liberación, yo lo puedo considerar un error y por tanto vería bien que errase, porque cuando una organización avanza sin cuestionamiento a la pureza y el dogmatismo ciego está preparando los nudos de su propia soga. Entiendo, aunque quizá no comparta la directriz a seguir por el Papa. Me debería parecer bien que cerrasen la parroquia de entrevías, solo por la razón antes enunciada, de que la Iglesia se equivoca y tira piedras contra su propio tejado. De hecho han creado un gran malestar entre sus bases, entre los cristianos que no entienden porqué se depura en un sentido y no se expulsa a los Legionarios de Cristo o las parroquias del Opus, entre los católicos que valoran enormemente el trabajo realizado por los sacerdotes de esa comunidad vallecana.

Desde otra perspectiva creo que son los propios curas díscolos los que tendrían que salirse de la Iglesia voluntariamente. Si no están a gusto que deserten. Cuando es ordenado un sacerdote, éste jura obediencia al obispo. Si el obispo les ordena algo que no les gusta lo tienen que acatar y punto. Así son las jerarquías en la Iglesia y el Ejército. Los insumisos se salen del ejército y lo mismo pueden hacer los curas desobedientes.

Las mismas reglas que entiendo para una organización en la que yo pueda estar las aplico a partidos, sindicatos o colectivos adversarios. Las personas que están en una organización dando por saco a la misma creo que deben marcharse y continuar su trabajo donde sea. Ejemplos como el de Rosa Diez del PSOE, me parecen traidores y si no se van por su pie habría que echarles en mi opinión. Me da igual que sea en el Partido Popular, la Iglesia Católica, el PSOE, el PCE o la CNT. Resulta a primera vista un planteamiento muy cuadriculado y autoritario, pero emana únicamente de los conceptos claros de compromiso y fidelidad.

Y si no me gustan los traidores menos me gustan aún los que les acogen. Por ejemplo, en los casos de transfugismo, no puedo evitar sentir simpatía hacia el partido que es traicionado y antipatía hacia el que es destino y nuevo hogar de los tránsfugas. Esa simbiosis en el oportunismo me parece de la peor calaña.

En el caso de la parroquia los traidores serían los curas de la comunidad de Entrevias y los que les acogen sería el movimiento de izquierdas que lo está apoyando al grito de resistencia, como si de un centro social se tratase.

Pese a que mi cercanía ideológica es hacia la izquierda y el movimiento libertario que apoya a esta parroquia no comulgo con comportamientos que no me parecen bien ni en el enemigo ni en el amigo.

El problema de la parroquia de entrevias se debiera haber solucionado dentro de l partido al que pertenecen, es decir la Iglesia. Ha sido gran error de la Iglesia no haber creado un debate interno que diera la posibilidad de dialogo y encuentros o desencuentros entre las diferentes posiciones. Pero que vaya la izquierda, amplificado el llamamiento por Polanco siempre dispuesto a manipular movimientos sociales, a meterse en cuestiones internas ajenas me parece completamente fuera de lugar y un oportunismo de los que siempre sacan rédito a costa de cargar contra la Iglesia. No dudo de la buena voluntad de los compañeros y compañeras que están ahí apoyando la lucha de la parroquia pero no estoy de acuerdo con meterme en los asuntos internos de ninguna corporación.

Pondré un ejemplo para ilustrar esto que puede parecer una barbaridad. Aplicado al ámbito más abierto y menos dogmático del mundo mundial, nos imaginaremos a una organización anarquista con tradición de lucha milenaria, con sus estatutos claramente definidos. Llegan unos militantes y se ponen a hacer cosas (y no me refiero a la obra social de la parroquia) que se salen de los principios de la propia organización. Por ejemplo, se presentan a enlaces sindicales en las empresas en las que trabajan o en las listas electorales municipales de sus pueblos, cuando en los estatutos de la organización está expresamente prohibido hacer eso por lo que de contrario al ideario libertario puedan tener. Estos militantes se tiran años haciéndolo hasta que desde la organización se les reprende y obliga a abandonar las actividades con las que no está conforme la dirección, aunque en una organización anarquista ya sabemos que no hay dirección. El caso sale a la luz y los militantes rebeldes piden solidaridad con su causa a movimientos ajenos al anarquista y en el otro extremo ideológico, recibiéndola de gente enemiga de la organización, que solo pretende debilitarla por los medios que sean. ¿Estaría de acuerdo la gente que va a apoyar a la parroquia con que los trapos sucios de la casa se lavaran fuera y con enemigos? Más de uno se encontraría con sarpullidos en todo el cuerpo a la hora de afrontar esta situación. ¿Qué hacer? ¿De qué lado se posiciona el sentido común? ¿El compromiso, la fidelidad? ¿A donde llega el dogmatismo y hasta donde el oportunismo?

Yo soy enemigo de la Iglesia, pero la respeto, como hay que respetar al enemigo, a pesar de que ella no lo haga conmigo. Ahí radica la diferencia y ahí creo que está también el tratar de ser consecuente, aunque conlleve contradicciones o decisiones que no nos gusten.

18 abril, 2007

Masacre en Virginia. Qué horror.

Category: alucinavecina — pepe @ 00:59

Me importa bien poco la masacre de Virginia. Sus cifras, de 32 asesinados por un presunto pirado chocan contra la coraza que la televisión ha puesto en mi sensibilidad. No me impresiona el suceso y lo escuché hoy en la radio con la misma alteración que la noticia de que una concejal de Lepe se desnudaba en el interviú, es decir ninguna.

Tengo claro que cuanto más a mano tengamos armas de fuego más fácil será causar victimas cuando por razones de patología mental, uso de drogas o chines mentales transitorios arramplemos contra todo lo que pillemos por delante. Consciente de que la libertad de llevar armas es derecho irrenunciable de los hombres libres norteamericanos, disiento completamente de esa legislación que da forma y alas a la desconfianza, el miedo y el gatillo fácil entre la población. A puñetazos no hubieran sido tres decenas de muertos sino unos cuantos moratones.

Hay tres cosas que llaman la atención de los noticiarios respecto a lo acaecido en el campus de Virginia. Una es que el asesino dejó una nota en su dormitorio en la que arramplaba contra los «niños ricos, «libertinos» y «tramposos charlatanes». No puedo evitarlo pero me encantan esas declaraciones de lectura post mortem. Me siento identificado pues más de una y de diez veces he sentido autentica aversión por la gentuza que puebla determinadas facultades. Y lo digo yo, que blanquito como lavado con Ariel, me puedo imaginar el rencor social que albergaría un ciudadano extranjero de origen coreano ante el ganado de estúpidos niñatos yankees universitarios. Si la nota del asesino hubiera sido de corte racista, como es habitual en esos sistemas avanzados democráticamente, pues me habría caído fatal. Pero no, el loco estaba loco pero con el  puntito de lucidez de aventurarse a dejar un análisis sociológico de su entorno a título postumo.

La segunda es que el asesino Cho Seung Hui era un tipo solitario “un rasgo que, según los expertos, es común entre los asesinos en masa” según dice la prensa. Esa lógica es la misma que decir que fulano fumaba, rasgo común entre los yonkees, es decir, una estupidez. O es que si no eres de los que frecuentan los MacDonalds y las fiestas de Halloween en compañía de los subnormales de tu clase estás catalogado como asesino en masa potencial. Perfecto. Me puedo imaginar lo solo y marginado que se puede sentir un norcoreano en una facultad norteamericana y casi está razonado y justificado el movil del crimen.

El segundo aspecto llamativo, al menos para mi es la hipocresía, una vez más de George Bush: «Es un día triste para todo el país» ha declarado en la obligada visita al recinto universitario. Dejando de lado el grueso del número de victimas extranjeras directas de su política internacional belicista, que es bastante largo, me remito únicamente a la cantidad de soldados de su país, o sea norteamericanos que están muriendo en Irak. Si le parece un día triste porque mueran 32 inocentes, de lógica es pensar que los más de 3.000 marines muertos en la invasión de Irak según cifras oficiales ( las reales son más) sumasen al país en las terribles tinieblas de la depresión.

Mientras no sean capaces de mirarse en un espejo con un mínimo de objetividad, los gringos nunca entenderán nada.

Como decía Asterix: “Están locos estos romanos

15 abril, 2007

Vuestra República

Category: alucinavecina — pepe @ 14:15

No sé porque este año el tema de la republica está más presente que en pasados catorces de abril. Que yo sepa no ha habido ninguna borbonada reseñable que haga mirar a la Republica con más esperanza que en otras ocasiones. En la prensa burguesa (por ejemplo El Mundo), por email, por sms, en Internet se habla de recuperar la República. IU quiere hacer una consulta social y preguntar a los españoles si preferimos monarquía o lo otro, es decir, lo que no es monarquía que indefectiblemente sería republica.
Nunca me he sentido a gusto bajo la bandera rojigualda, pero con la tricolor me pasa lo mismo. Creo que las libertades o la falta de ellas que hay en este país, las habría en igual medida con Rey o sin él. Si mañana se proclamara la tercera República, el listo de turno que ostentara el cargo de presidente recibiría unas discretas llamadas por teléfono invitándole a seguir determinadas directrices o recetas en lo social y económico. Y no le quedaría más remedio que seguirlas a pies juntillas, porque los que mandan en este, o en cualquier otro país, no son los presidentes ni los reyes. No envidio a los alemanes, ni a los franceses, ni les considero más afortunados por tener una republica que a los británicos o los belgas. Si no tuviéramos reyes en este país, es decir, si no tuviéramos que mantener una caterva de zánganos de sangre azul con un gasto impresionante para nuestros bolsillos, no notaríamos la diferencia, pues lo que nos ahorráramos, esas magnitudes de muchos ceros, quedarían en manos y en bolsillos de otros, republicanos, esos si. Las partidas destinadas a la Casa Real entran dentro de lo abstracto que supone esos gastos de representación de políticos y parásitos de toda índole y pese a que duele en el hígado cuando las escuchas, nada nos induce a pensar que fuera a revertir al pueblo si únicamente cambian las formas pero no el contenido. Una republica en un sistema capitalista es igual que una monarquía, quizás algo menos ofensivo a la inteligencia, pero poco más.
Mientras el poder lo sigan acumulando unas pocas familias en todo el mundo, con un nivel de gobierno transnacional y autoritario, haya monarquía o haya republica, la democracia y el autogobierno estarán muy distantes de ser alcanzados por el pueblo.

Consuelo para nuestros queridos compañeros republicanos: Pensad que dentro de lo malo, tenemos una familia Real que da mucho juego para bromas y chistes. Si, aunque este detalle nos cueste un riñón, por lo menos podemos mofarnos y despacharnos a gusto a cuenta de Juan Carlos y compañía. Y si no mirad la última portada de El Jueves. En cualquier otro país les hubieran metido en la cárcel.

Ah y la culpa de todo la tiene el PCE que en su día aceptó y acató lo que hoy reniegan con golpes de pecho. Hala.

4 abril, 2007

Semana Santa en Sevilla

Category: Anecdotario — pepe @ 10:22

En estos días he tenido la oportunidad de hablar con varios sevillanos de diferentes formas de pensar y distinta extracción social acerca de la Semana Santa en Sevilla. Todos coincidían en la grandiosidad de esta celebración. Unos, los no cristianos o paganos, admirados, año tras año, por el espectáculo sin par que ofrecen las cofradías, o hermandades. Otros, los católicos, algo aquejados de pena por el exceso de espectáculo, pero orgullosos de la magnitud e implicación del pueblo con estas manifestaciones. No he conversado sin embargo con sevillanos más cercanos a mi manera de pensar de los que me espero una opinión radical en contra de las procesiones de marras.

El caso es que el domingo pasado salí por esa ciudad a tomar una cerveza, evitando meticulosamente encontrarme con tales muestras del fervor católico, y en un bar retransmitían el paso de una virgen cuyo nombre no recuerdo. Atento trate de ver el arte, el espectáculo, sin cuestionar nada desde la perspectiva atea a la que estoy adherido. Cierto es que son mucha gente que organizada van marchando con sus trajecitos, sus cirios, sus figuras y todo el atrezo indispensable para la ocasión. Cierto que la virgen tenía una capa con un valor importante: brillantes y oro que enriquecían notablemente la imagen de una mujer que se supone fue pobre como las ratas. También cierto que la gente estaba volcada en las calles, aunque eso ocurre también con partidos de fútbol, conciertos y manifestaciones del Partido Popular. En definitiva que todo el mogollón supone un gran esfuerzo de recursos humanos, materiales y divinos que cunden de alguna manera.

Pero por mucho que deje de lado mi ideología y me convirtiese en imparcial espectador una sensación muy profunda me rebullía por el interior. Miedo. No me dejaban indiferentes esos cientos de encapuchados, por más que pensara que eran simplemente sacrificados vecinos sevillanos ocultos tras un capirote. Inquisición, kukusklan, martirio, dolor, pena. Una amalgama de sentimientos e ideas que venían de impresiones que a lo largo de toda la vida he ido asociando y disociando.

No vi arte. No vi espectáculo. No lo entendí y no me gustó porque la primera impresión que me da es de miedo. Como ha pretendido hacer la Iglesia desde hace siglos.