22 noviembre, 2006

Dios aprieta y ahoga, sin misericordia

Category: suciapolitica — pepe @ 16:26

Ayer se murió la hijita de una compañera. Leucemia. Tres años de edad, tres años de luchar contra una enfermedad imbatible. Donde la ciencia no la alcanzado, el castigo de dios se ejecuta sin piedad. Hay cosas por las que no se pueden culpar a los hombres y por eso ahora maldigo al infierno, el reinado de dios. A los tres años una niña es lo más precioso que en este mundo infame puedas encontrar y hasta una roca se conmueve con sus primeras palabras mal pronunciadas y su cuerpecito menudo y achuchable.

Ella era la vida de sus papas, la vida de su madre, aun albergando en su sangre la antítesis que, definitivamente la llevaría a otro lugar y les convertiría este mundo en sufrimiento sin horizonte.

Dios aprieta pero no ahoga. Es una gran mentira. Ha apretado tres años de calvario donde el amor se batía sin descanso con la razón, por imponer la esperanza por encima de las evidencias. Pero si que ahoga y sin conmiseración, como la fría mano que aprieta el garrote vil.

Hoy mi negro corazón esta parado, quieto y asustado, en estado de shock. Entre la impotencia, de sabor ácido y la pura pena que es amarga como todos los tormentos.

Vida y muerte van de la mano y siempre ha sido así. Pero en ese ciclo ancestral del vivir estamos acostumbrados y es norma general que primero se vayan los mayores y no al reves. Enterrar un hijo es contra natura y por eso se nos antoja tan incomprensible e injusto. Mientras, los hombres nos obstinamos en encontrar sentido a este extraño dueto de la vida y la muerte que canta las alegrías y horrores de nuestra existencia. Buscamos culpables donde hay dolor y nos estrellamos contra el reparto de desgracias guiado por el azar cuando no les encontramos.

No hay responsables a los que escupir a la cara. Por eso, ahora yo escupo al suelo, donde esta Dios.

Escribo esto aquí porque de todo hay que extraer una enseñanza y para mi es una dura lección de humildad. La de relativizar los problemas que a veces tanto nos agobian en la monotonía cotidiana y repudiar aun más si cabe la frivolidad, el hedonismo y la superficialidad que sin pudor llaman continuamente a nuestra puerta. La de revalorizar lo que tenemos y que muchas veces no vemos.

Se que ella no leerá esto y también por eso lo escribo. Porque cuando pierdes a tu hijita de tres años cualquier palabra que se diga no vale de nada.

6 comentarios

  1. Señor, ¿existes? ¿Es cierto que eres
    consuelo y premio de los que gimen,
    que en tu justicia tan sólo hieres
    al seno impuro y al torvo crimen?

    Responde entonces: ¿Por qué la heriste?
    ¿Cuál fue la culpa de su alma triste?
    ¿Cuál fue la mancha de su inocencia?
    ¡Señor, respóndeme en la conciencias!

    Alta la llevo siempre, y abierta,
    que en ella nada negro se esconde;
    la mano firme llevo a su puerta,
    inquiero… y nada, nada responde.

    ¡Sólo del alma sale, un gemido
    de angustia y rabia, y el pecho, en tanto
    por mano oculta de muerte herido,
    se baña en sangre, se ahoga en llanto!

    ¡Y en torno sigue la impía calma
    de este misterio que llaman vida,
    y en tierra yace la flor de mi alma,
    y al lado suyo mi fe vencida!

    …………………………………………………

    ¡Nada, ni la esperanza
    ni la fe del creyente
    en la ribera nueva,
    en el divino puerto
    donde la barca que las almas lleva
    habrá de anclar un día;
    ni el bálsamo clemente
    de la grave, inmortal filosofía;
    ni tú misma, divina poesía
    que esta arpa de lágrimas me entregas
    para entonar el aéreo de mi duelo…!
    ¡Tú misma no, no llegas
    a calmar mi dolor…!
    ¡Ábrase el cielo!
    ¡Desgájese la gloria en rayos de oro
    sobre mi frente… y desdeñosa, altiva
    de su mal sin consuelo
    al celestial tesoro
    el alma mía cerrará su puerta:
    que ni aquí, ni allá arriba
    en la región abierta
    de la infinita bóveda estrellada,
    nada hay más grande, nada:
    más grande que el amor de mi hija viva,
    más grande que el dolor de mi hija muerta!

    suerte y palante!
    salud

    Comment by sergioast — 22 noviembre, 2006 @ 21:36

  2. Este… No se ke decir. Despues de ver en mi tierra tanto niño ke muere igual ke como paso esta vez cerca de alguien tuyo. Bueno no se ke decir y a veces es mejor no decir nada. Aki el sentimiento ke a veces me brota de antihumanidad se me kita… No me gustaria perder a una hija de 3 ni de 30 años. Los padres nunka deben enterrar a los hijos. Por eso no existe una palabra ke diga ke un padre perdio a su hijo. Los sin padre son llamados de una forma y asi pero los que pierden hijos no tienen nombre… Una perdida cruel.

    Comment by MaRmOtA — 23 noviembre, 2006 @ 01:51

  3. La verdad es que es muy triste, yo tube esa desgracia, quizás no tan directamente com tus amigo, pero aún así me tocó hondo, ya que fué mi primer sobrino el que murió, de una enfermedad crónica de nacimiento. El caso es que aunque sea duro, hay que aceptarlo y luchar por seguir adelante, desde aquí te invito Pepe a que des todo tu apoyo a los padres, ya que lo que más necesitan ahora es eso.

    Saludos desde Valencia

    Comment by destroy — 24 noviembre, 2006 @ 19:00

  4. Saludos… e borrado este mensaje como 5 veces trastando de decir algo… pero no encuentro las palabras para escribirlo… solo se que en la familia de tu compañera pepe ahi mucho dolor causado por algo que se va de las manos, algo tan… tan … indescriptible, tan intangente, algo que por mas que se quizo combatir no tubo fuerza que lo detubiera, como decia un fragemento del comment anterior, «mas grande que el amor de mi hija viva, mas grande que el dolor de mi hija muerta»…… que mas puedo decir? Dios se lo da, y Dios se lo quita…. ojala tu amiga se pueda recuperar… aunque la sombra de la muerte de su hiaj sea lo unico que la va a acobijar de hoy en adelante…. salud… xhirux

    Comment by XhiruX — 27 noviembre, 2006 @ 05:51

  5. Dios es una buena mierda, nos sirve para nada, no contesta cuando lo llaman, no soluciona problemas al contrario los crea, supuestamente da mensajes de amor que no cumple. Es el amigo imaginario que los adultos pueden tener sin verguenza a que los tilden de locos. Dios es una buena mierda,al menos si existiese tendríamos a quien echarle la culpa, por todo y por todos.

    Comment by erospandemos — 28 noviembre, 2006 @ 12:17

  6. yo lo he leido y tienes toda la razon del mundo dios apreta y aoga una y otra vez asta dejarnos sin aliento

    Comment by sheila — 31 marzo, 2010 @ 12:19

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