30 diciembre, 2005

Una mañana en Spa & Wellness

Category: alucinavecina,intimísimo — pepe @ 00:45

En todas las ciudades existen cientos de mundos que nos son ajenos. Diferentes estratos sociales, creencias o simplemente gustos hacen que cada cual se relacione con gente afín a sus mismas pretensiones.
Los distintos trabajos u ocupaciones contribuyen también de alguna manera a la percepción de otras formas de funcionar en la vida. Por lo general cada uno de nosotros suele moverse en uno, dos o tres círculos distintos a lo sumo: amistades, trabajo, militancia, estudios o familia pergeñan nuestras maneras de vivir. Dime con quien andas y te diré quieres, dice el refrán, que se podría cambiar por «Dime donde compras» o «dime donde empleas el tiempo libre» y también se dibujarían los círculos con los que te relacionas periódicamente. Hoy he descubierto un mundo que no conocía, con su jerga autóctona, sus lugares de culto, sus fetiches y sus prioridades en la vida.
Hoy he ido a un Spa & Wellness.

Dudo mucho que todos los que lean esto sepan a que me estoy refiriendo, puesto que hasta hoy yo tampoco lo sabía y no creo que yo viva en una burbuja más que los demás. Dejando de lado tan pomposa nomenclatura podría decir que hoy he estado en un balneario para pijos. He ido con mi amiga Cristina, con unos bonos de promoción que ella tenía y que vencían esta misma semana.
No sabía muy bien donde me metía ya que Cristina solo me dijo que íbamos a un sitio de esos que tienen piscina con burbujitas. Lo único que tenía que llevarme era el bañador. Aunque no he encontrado mi bañador y me he llevado unos calzoncillos negros muy modernos que compre en DIA autoservicio descuento y que daban el pego completamente, no dejaba de tener un poco la sensación de un Paco Martínez Soria en la boda de Cayetano Alba.

En una zona residencial de Madrid se levantaba majestuoso el edifico al que nos dirigíamos, sin que pudiéramos encontrar un triste bareto para tomar un café en manzanas a la redonda. El vestíbulo de entrada estaba decorado con fotografías de bellas modelos que publicitaban las excelencias de las limoenvolturas, la presoterapia, la o el Cromother, la mesoterapia facial, el drenaje linfático, la digitopuntura de miel, los estiramientos de turba, el masaje de chocolate, el parafango, el peeling corporal, la lipoescultura por vacío o shapemaster, la aerosolterapia y los tratamientos de contorno de ojos (esta semana de promoción), entre otras muchas ofertas del establecimiento.

Las instalaciones modernísimas constaban de un montón de piscinas con sofisticados aparatos de lanzar chorros de agua. Por arriba, por debajo, de un lado, de otro, con mucha presión, con poca, caliente, templada y fría. La tecnología al servicio del placer corporal. Hora y media de estar en remojo cual garbanzos zarandeados por continuas corrientes acuáticas. Donde yo solo veía, y tragaba, agua los entendidos podían disfrutar con conocimiento de piscinas multimasaje y de contraste, camas de hidromasaje y bañeras robotizadas de última generación.

De siempre los balnearios eran cosas de viejos artríticos o de ricos ociosos. Ya no. Ahora con el estrés de esta sociedad todos necesitamos un buen baño con aditivos a base de algas remineralizantes, anticelulíticos y energizantes. Como lo de balneario queda un poco antiguo conviene acuñar nuevos términos que, cómo no, contribuyen a la invasión de anglicismos en la lengua española: el Spa and Wellness.

Sería de obligado cumplimiento enriquecer este texto con una breve reseña sociológica de la fauna que frecuenta estos sitios. Pero como imagino que habría muchos en el balneario que irían por la cara por aquello de la promoción, me he encontrado con serios obstáculos a la hora de establecer unos parámetros fiables en cuanto a varianzas, medias, índices y demás medidas estadísticas que perfilaran someramente el prototipo de cliente habitual del centro. Puedo, sin embargo, trazar unas pinceladas antropológicas que permitan hacer una idea quiza no exacta sobre el cliente fiel, pero si ajustada en tanto al cliente accidental, puntual o patillesco como era nuestro caso:

– El 70 por ciento de los humanos que estábamos en bañador eran hombres y mujeres entre los cincuenta y los sesenta años, solos, en grupo o en parejas, que conocían al detalle los usos y costumbres del lugar.

– El 20 por ciento parejas jóvenes, que como Cristina y yo se notaba a la legua que era la primera vez que veían una piscina con oleaje.

– Un 10 por ciento mujeres jóvenes entre 20 y 30 años que agrupadas en pandas de amigas chapoteaban alegremente con cierta experiencia en el modus operandi del proceso acuático termal.

El proceso de definición del estrato social de los ahí reunidos, mediante la habitual técnica de visualización de la apariencia externa ( tomando como referencias relativas la ropa, complementos y marca del vehículo a motor) y posterior clasificación, fue completamente nulo, dado que difícilmente a una persona en pelotas le puedes asignar que venga de la Moraleja o de Carabanchel.

He de reconocer que lo he disfrutado muchísimo, porque con mi amiga Gracita Morales nos hemos sentido como cuando sientan un pobre a darse un banquete en un palacio. Pero aun cuando estaba adormilado por el suave glubglub de las burbujitas pensaba:

    Joder esto es un poco inmoral. Que la mayoría de la población del mundo este pasándolas canutas y en este sitio la gente solo se preocupa si el chorrito de liquido le da en el sitio adecuado es sencillamente inmoral. Que se den masajes con un alimento tan completo como el chocolate cuando millones de personas se mueren de hambre es ostentosamente inmoral. Quiza no se solucione ningún problema evitando estas prácticas, pero el solo hecho de realizarlas deja un regusto a inmoralidad. Si todo el mundo pudiera acceder a estas pijadas sería otra cosa. Y ese quiza es el quid de la cuestión. A los ricos y a los burgueses siempre les han gustado las cosas que no estaban al alcance de todo el mundo porque es precisamente eso lo que marca la diferencia con el populacho y bla, bla,bla.. glub,glub, ay que gustito este chorrito.

En fin que me voy por las ramas y de lo que trataba era de contar la experiencia de conocer otro mundo que desconocía por completo su existencia. Y mi impresión es que están locos. Y me lo parecen porque creo que hay cosas más importantes que comerte el tarro sobre si necesitas un masaje circulatorio o un drenaje estético, una envoltura completa de algas, limo y turba o una sesión de ducha circulatoria.

Uno se había acostumbrado a que los pijos hicieran un universo sobre la elección de ponerse un Lacoste o Ives Saint Laurent para ir a una terraza de la Castellana, pero ahora con lo del wellness me encuentro totalmente desorientado.

¿No has pensado alguna vez que quizás no sean los demás los locos sino que a lo mejor lo eres tú?

Ah.. ¡Feliz 2006!

3 comentarios

  1. y k mundo prefereis?

    Comment by miguel — 3 enero, 2006 @ 11:41

  2. a veces el estar en minoria te hace pensar que estas loco,no es locura, es imcomprension. Locura seria si no estaria razonado, como por esta epoca en la que la gente le da por comprar cosas asi porque sí. Es normal que pienses que es algo inmoral, yo estaba pensando algo parecido cuando he empezado a leerlo ¿pero el dinero con el que has pagado el balneario tu te lo has sudado no?

    Comment by berbalapiko — 5 enero, 2006 @ 18:38

  3. oh jajaj creeme, me siento asi todos los putos dias de mi vida, tal vez sea locura, tal vez incomprension o alomejor nadamas son delirios ke yo mismo me creo…
    Bueno tu blog pepe, interesante, no esta aburrido!
    Hablando algo de sin dios, espero verlos pornto por Mexico, si lees este msg espero y tengas la chansilla de contestarlo, bueno es todo saludos, amor y odio anticapitalista….. =D

    Comment by valle — 1 febrero, 2006 @ 00:58

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